Fundamentalmente, una oficina tiene que ser naturalmente funcional. Pero la moda tiende cada vez más a organizar el lugar de trabajo también de manera que sea visualmente atractivo. La impresión global debería ser moderna y representativa. Idealmente, los escritorios son regulables en altura y se añaden auténticos elementos destacados por aquí y allá con muebles elegantes, como por ejemplo, sillas de diseñador.
Quien quiera conseguir un entorno de trabajo moderno, tiene dos posibilidades: puede elegir entre una oficina abierta o bien los cubículos u oficinas pequeñas convencionales. No importa qué concepto se lleve a cabo: básicamente tiene que crearse un ambiente en el que el personal se sienta a gusto y transmita la misma sensación cuando que se produzcan visitas de clientes
Abierta significa que todos o al menos la mayoría de sectores se alojan en una superficie grande. En este tipo de concepto, pues, las puertas son cosa del pasado. A muchos les cuesta decidirse a favor de este tipo de concepto. Y no es de extrañar, porque hasta ahora en este país predominan aún las oficinas individuales o con 2-4 compañeros. La mayoría de las personas que están acostumbradas a esta forma de organización del puesto de trabajo temen que en una oficina abierta moderna no puedan trabajar concentradas debido al nivel de ruido o sentirse demasiado controladas. No obstante, merece la pena echar un vistazo a las ventajas del concepto abierto: por un lado, los compañeros están considerablemente más cerca, lo cual suele reducir el tiempo necesario para aclarar cuestiones. Y es que si el compañero se encuentra solo un par de mesas más allá, se aclaran más cosas en una conversación directa que, por ejemplo, por correo electrónico. Esto evita que la persona que pregunta tenga que esperar una respuesta escrita, reduciendo también así el riesgo de malentendidos.
Por otro lado, la oficina abierta favorece el espíritu de equipo, puesto que predomina mucha más transparencia que en una oficina convencional y no se forman en seguida tantos grupos pequeños.
Además, si se planifica bien, este concepto permite ahorrar espacio: si se distribuyeran el mismo número de puestos de trabajo en espacios individuales, se necesitaría más superficie. Si se planea de forma inteligente, una oficina abierta moderna puede suponer incluso un alquiler menor.
La división convencional de lugares de trabajo en varios espacios también tiene sus ventajas. Realmente muchas personas se concentran mejor si no ocurren tantas cosas a su alrededor. Si de verdad alguien necesita silencio porque, por ejemplo, está haciendo una llamada importante, simplemente puede cerrar la puerta. Igualmente, puede personalizar un poco más su puesto de trabajo. En las oficinas abiertas modernas a menudo se impone una "política de escritorios limpios" según la cual todos los escritorios deben dejarse por la tarde de manera que a la mañana siguiente cualquier otro compañero pudiera sentarse allí a trabajar. Algunas personas prefieren tener su propio espacio de trabajo en el que puedan colocar una foto o una alfombrilla de escritorio propia. En oficinas abiertas, esto es bastante inusual.
Las diferentes zonas de un entorno de trabajo pueden separarse visualmente las unas de las otras en función de los gustos y necesidades. Por ejemplo, con colores. En este caso, existe el riesgo de que quede demasiado colorido. Es mejor alternar los muebles o incluso utilizar diferentes revestimientos de suelo. Estos no solo delimitan visualmente, sino que también cumplen diferentes cometidos. En la zona de la entrada es recomendable elegir un suelo resistente, pero al mismo tiempo representativo. Si llueve o nieva, entra humedad a través del calzado, por lo que el suelo debería ser resistente al agua. Un aspecto bonito no solo es una ventaja cuando hay visitas de clientes, sino también para los propios empleados; al fin y al cabo, son ellos lo que se tienen que sentir a gusto en su puesto de trabajo. Una buena opción para esta zona sería, por ejemplo, un suelo de diseño de MEISTER. El surtido comprende muchas decoraciones y variantes distintas, todas ellas muy resistentes al desgaste.
También en la zona de la máquina de café o la cocina debería colocarse un revestimiento de suelo con características similares. Todos sabemos lo rápido que ocurren los percances ahí. Un café o té derramado debería dejar el menor rastro posible. Aquí, una posibilidad es recurrir al suelo Nadura de la gama de MEISTER. Este suelo también está disponible con diferentes aspectos y, sobre todo, es resistente a la abrasión y al desgaste. Si hay algún rincón o una zona separada con futbolín u otras opciones de entretenimiento para las pausas, como es el caso cada vez más frecuente en las oficinas modernas hoy en día, también puede optarse por el Nadura, por las razones ya mencionadas.
En la zona funcional para la comunicación y concentración, la moqueta es muy popular. Y es comprensible, al fin y al cabo absorbe el ruido y además es muy resistente, por ejemplo, a las ruedas de las sillas de escritorio. Otras alternativas para esta zona son otros revestimientos, como el suelo de diseño, Nadura o el suelo de madera Lindura. En este caso, debe utilizarse un aislamiento acústico y otros elementos acústicos. Después de todo, además de la funcionalidad, se trata de que el suelo se integre visualmente bien en el entorno.
Quien prefiera prescindir de la moqueta para absorber el ruido porque lo considera más sensible a la suciedad y la humedad que otros revestimientos de suelo, tiene otras alternativas para regular la acústica. Por ejemplo, existen placas insonorizantes que se cuelgan debajo del techo y que funcionan como elementos acústicos. También hay disponibles mamparas de este tipo que se colocan para separar espacios o se fijan entre dos escritorios. Si se eligen las variantes de color, se aporta incluso un toque destacado al espacio. Algo más discretos resultan los muebles recubiertos de tela, que de esta manera cumplen el mismo propósito que las mamparas y los elementos del techo. De todas formas, un buen concepto de espacio también contribuye a una buena acústica. Un arquitecto de interiores o un diseñador puede ayudar a distribuir las diferentes áreas funcionales y el equipamiento técnico y a elegir el mobiliario.