Trabajar donde otros pasan sus vacaciones: el pan de cada día para la familia de Visser. Con la inauguración de su chiringuito de playa en Vrouwenpolder, Zelanda (Holanda), en primavera de 2016 cumplieron un gran sueño, tanto para ellos como para sus numerosos visitantes. En el interior del bar han apostado por Lindura.
"Antes, en esta parte de la playa apenas había movimiento", recuerda Irene de Visser. Al contrario que las playas de localidades como Domburgo, la de Vrouwenpolder, situada en la parte norte de la península de Walcheren, estaba menos explotada gastronómicamente, lo que obligaba a vecinos y veraneantes del parque de bungalows de los de Vissers a acudir a los alrededores. Pero esto empezó a cambiar en 2015, cuando comenzaron las obras del chiringuito de diseño "De Dam", el nuevo lugar de moda de esta zona de la costa holandesa.
En tan solo cuatro meses y medio de obras —el primer poste se clavó el 26 de noviembre de 2015— se creó un edificio con una superficie total de 600 m2. Las autoridades no permitían que fuera mayor, pero no importaba, ya que aquí los protagonistas siempre son la playa, el mar y el cielo. Además, gracias a un diseño de interiores perfecto que conecta el espacio interior con el exterior, estos ingredientes están casi dentro de la casa. Dominan los materiales naturales —madera, metal, piel, lino— en colores que también se pueden encontrar en el entorno directo de dunas, playa y agua: tonos verdes, turquesa, crema, blanco y también una decoración en cobre para realzar. Esto hace que el bar se fusione visualmente con su entorno. Todo el interior es de diseño propio, lo que le confiere personalidad propia y armonía al mismo tiempo. Nada es convencional: sillas de diseño de primera calidad se agrupan alrededor de recias mesas de madera y las piezas decorativas aportan un toque personal.
En cuanto al revestimiento del suelo, los de Visser también apuestan por la naturaleza. Enseguida tuvieron claro que tenía que ser un suelo de madera. "Creo que con suelos artificiales es sencillamente imposible lograr este tipo de atmósfera". Sin embargo, surgieron dudas: "en vista de toda la arena que iba a entrar día sí y día también, además de las numerosas personas con carritos de bebé o con perros, obviamente nos preguntamos si un suelo de parquet lo aguantaría". Su solución perfecta para un ambiente marítimo y distendido se llamaba Lindura. El gran formato (2,60 x 32 cm) destaca especialmente en espacios amplios, mientras que la superficie de roble rústico en tono café con leche encaja a la perfección en el negocio hostelero, y no solo por su nombre. Gracias a su elevada proporción de componentes minerales en la capa "Wood Powder", Lindura es sumamente estable y fácil de cuidar, por lo que cumple con los requisitos de un bar de playa en todos los aspectos: no hay ningún problema a la hora de barrer o aspirar la arena con frecuencia, ni tampoco de fregar el suelo a menudo. Está claro que ya tiene un poco de pátina, pero eso lo hace más natural y robusto. Además, "De Dam" está en completa armonía con la naturaleza. Esto se refleja, por ejemplo, en la utilización de productos regionales en la cocina, pero también en el suministro de agua caliente y electricidad, que funciona mediante células fotovoltaicas especiales ubicadas en el tejado del edificio. Sin duda, con "De Dam" el letargo de la playa de Vrouwenpolder es cosa del pasado: un domingo de julio se sirven hasta 700 comidas al día; el bar está abierto desde las 10 de la mañana hasta las 11 de la noche. 40 empleados se ocupan de que los clientes estén a gusto. Robin, hijo del matrimonio, es el actual encargado de "De Dam" y llevaba toda la vida soñando con regentar un chiringuito. Su hermano, Leon, se encarga de todo lo relacionado con la página web y también ayuda detrás de la barra. ¡Un verdadero negocio familiar! Que ya ha recibido su primer permio: "De Dam" fue galardonado como el mejor nuevo "Strandpaviljoen" de 2016.
Encontrará más información sobre el chiringuito de playa en: www.de-dam.nl
